Espacio, género y poder. Sistema sucesoral y transmisión del sentimiento de pertenencia social en una familia terrateniente de Panguipulli
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Resumen
A unos cuantos kilómetros de Panguipulli se encuentra un fundo llamado Malahue, propiedad de una familia de origen vasco-francés que se convirtió en terrateniente a comienzos del siglo XX.
Esta presentación es un análisis sobre el sistema sucesoral que opera en la propiedad así como del sistema de socialización y de transmisión generacional del sentimiento de pertenencia a la clase dominante.
El análisis de la reproducción de las élites opera aquí a través de dos dimensiones fundamentales: el espacio y el género. La familia propietaria funciona como un sistema de casa,2 es decir, un sistema donde la casa patronal es elevada al rango de personalidad moral,
sustento y salvaguardia de la identidad familiar. Es en este espacio cerrado, que la familia asegura la reproducción del sentimiento de pertenencia a la clase dominante y regenera la memoria genealógica, dimensión fundamental de la distinción en un sentido bourdieusiano del
término. Este espacio interior, íntimo y secreto, es gobernado por las mujeres de la familia, quienes tienen el rol de mantener las relaciones de parentesco tanto horizontales (primazgos) como verticales (progenitura). Los hombres en cambio, se ocupan de la administración del fundo, del espacio exterior, y están a cargo de mantener las relaciones de clientela con las familias inquilinas. La transmisión hacia las nuevas generaciones del sentimiento de pertenecía social, está modelada por la división familiar en estos dos estatus. Los jóvenes varones se convierten en patrones y las jóvenes mujeres en guardianas de la distinción familiar.